Distintos corazones
El corazón de Teresa de Jesús es un corazón con ventanas abiertas,
donde todo y todos pueden descubrir, tocar su tesoro y sentirse a gusto,
llenos de oxígeno y de luz.
Su corazón era como un imán...
Son muchas las anécdotas que tenemos y también abundantes las
descripciones que otras personas hicieron de Teresa, enfatizando esta
virtud.
"Tenía la M. Teresa hermosa condición, tan apacible y
agradable, que a todos los que trataban con ella, atraía tras sí, y la
amaban y querían, aborreciendo ella las condiciones ásperas y
desagradables que a veces tienen algunos santos, con que se hacían a sí
mismos y a la santidad, aborrecible." P. Gracián.
Alguna monja
de la Encarnación decía sutilmente Teresa tenía la propiedad de la seda
dorada, porque venía bien con todos los matices, se hacía a las
condiciones de todos ganarlos a todos. Y Fray Luis de León, la define
como "la piedra imán que a todos atrae".
Yepes señala que entre
las gracias de Teresa, tuvo una muy señalada: "Haberle dado Dios una
maravillosa fuerza y virtud para mover los corazones de aquellos con
quienes trataba. Su eficacia deshacía corazones, rendía las voluntades y
allanaba las contradicciones".
De sí misma Teresa de Jesús
reconoce que: "Todos estaban contentos conmigo, porque en esto me daba
el Señor gracia, en dan contento a donde quiera que estuviese y así era
muy querida... aunque a mí me hiciera pesar" (V.1,3; 3,4)
Estrategias teresianas para tener amigos
Elegimos tres actitudes para definir la cordialidad teresiana: amabilidad, suavidad y dar contento.
Dar contento, es la regla de oro para hacer amigos. Es la práctica de
la amistad teresiana; ver felices a otros motivo de ello, es causa de
inmensa alegría. Ya dice San Pablo que «hay más alegría en dar que en
recibir» y San Lucas añade: «Dios ama al que da con alegría.»
Los que conocieron a Teresa siempre recordaron la suavidad de su
pedagogía en todo: en el gobierno, en el modo de promover la vida
espiritual, en el trato con todos. Su lema parece ser: Es necesario
llevar las cosas sin violencia, con suavidad. "Importa mucho entender
que no lleva Dios a las almas por el mismo camino".
Todo el
epistolario teresiano es una manifestación de afabilidad: encanto,
amabilidad, capacidad de admiración, comunicación e interés por todos,
ricos y pobres; ignorantes y letrados, personas sencillas y grandes
personalidades.
En los procesos de su beatificación varias
personas dijeron que Teresa de Jesús, tenía el don de hacer sentir al
otro su preferido. También recomienda mucho a sus hijas esta virtud:
"Todo lo que pudieres, procurad ser afables" (CP41,7)
Quien lee
a Teresa, inmediatamente siente que es acogido; sus escritos son un
espacio oxigenante desde donde nos llega la luz. Curiosamente si la
leemos a menudo, nos sentimos hijas hermanas, amigas de Teresa e
incluso, sus preferidas. Su corazón es una ventana abierta a nosotros
mismos, al mundo y a Dios.
*fuente: Teresa una mujer para la mujer de hoy
No comments:
Post a Comment