Monday, February 4, 2013

"Cordialidad y Santa Teresa de Jesús"

Distintos corazones

El corazón de Teresa de Jesús es un corazón con ventanas abiertas, donde todo y todos pueden descubrir, tocar su tesoro y sentirse a gusto, llenos de oxígeno y de luz.

Su corazón era como un imán...

Son muchas las anécdotas que tenemos y también abundantes las descripciones que otras personas hicieron de Teresa, enfatizando esta virtud.

"Tenía la M. Teresa hermosa condición, tan apacible y agradable, que a todos los que trataban con ella, atraía tras sí, y la amaban y querían, aborreciendo ella las condiciones ásperas y desagradables que a veces tienen algunos santos, con que se hacían a sí mismos y a la santidad, aborrecible." P. Gracián.

Alguna monja de la Encarnación decía sutilmente Teresa tenía la propiedad de la seda dorada, porque venía bien con todos los matices, se hacía a las condiciones de todos ganarlos a todos. Y Fray Luis de León, la define como "la piedra imán que a todos atrae".

Yepes señala que entre las gracias de Teresa, tuvo una muy señalada: "Haberle dado Dios una maravillosa fuerza y virtud para mover los corazones de aquellos con quienes trataba. Su eficacia deshacía corazones, rendía las voluntades y allanaba las contradicciones".

De sí misma Teresa de Jesús reconoce que: "Todos estaban contentos conmigo, porque en esto me daba el Señor gracia, en dan contento a donde quiera que estuviese y así era muy querida... aunque a mí me hiciera pesar" (V.1,3; 3,4)

Estrategias teresianas para tener amigos

Elegimos tres actitudes para definir la cordialidad teresiana: amabilidad, suavidad y dar contento.

Dar contento, es la regla de oro para hacer amigos. Es la práctica de la amistad teresiana; ver felices a otros motivo de ello, es causa de inmensa alegría. Ya dice San Pablo que «hay más alegría en dar que en recibir» y San Lucas añade: «Dios ama al que da con alegría.»

Los que conocieron a Teresa siempre recordaron la suavidad de su pedagogía en todo: en el gobierno, en el modo de promover la vida espiritual, en el trato con todos. Su lema parece ser: Es necesario llevar las cosas sin violencia, con suavidad. "Importa mucho entender que no lleva Dios a las almas por el mismo camino".

Todo el epistolario teresiano es una manifestación de afabilidad: encanto, amabilidad, capacidad de admiración, comunicación e interés por todos, ricos y pobres; ignorantes y letrados, personas sencillas y grandes personalidades.

En los procesos de su beatificación varias personas dijeron que Teresa de Jesús, tenía el don de hacer sentir al otro su preferido. También recomienda mucho a sus hijas esta virtud: "Todo lo que pudieres, procurad ser afables" (CP41,7)

Quien lee a Teresa, inmediatamente siente que es acogido; sus escritos son un espacio oxigenante desde donde nos llega la luz. Curiosamente si la leemos a menudo, nos sentimos hijas hermanas, amigas de Teresa e incluso, sus preferidas. Su corazón es una ventana abierta a nosotros mismos, al mundo y a Dios.

*fuente: Teresa una mujer para la mujer de hoy

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