¡Oh
amor fuerte de Dios! ¡Y cómo no le parece que ha de haber cosa
imposible a quien ama! ¡Oh dichosa alma que ha llegado a alcanzar esta
paz de su Dios, que esté señoreada sobre todos los trabajos y peligros
del mundo, que ninguno teme, a cuento de servir a tan buen Esposo y
Señor!
Santa Teresa de Jesús
(Conceptos del amor de Dios. 3,4)
No comments:
Post a Comment