Una noche muy oscura, se fue la Madre a rezar a una de las ermitas, la
hermana Isabel, la discípula de Fray Pedro de Alcántara, temiendo que le
diera un desmayo allá en plena soledad y oscuridad, se fue a
acompañarla. Mientras oraba le vino un éxtasis y la hermana Isabel le
agarro la mano y sintiéndola totalmente fría, casi sin darse cuenta de
lo que hacia, se puso a regañarla por
irse a rezar por allá en esa soledad y le decía que eso era un peligro
para su vida y que podía morirse por allá sola y que siendo así ellas
sufrirían una gran pena y tristeza, la madre volviendo en si solo le
dijo: "Deje de ser boba, que yo se muy bien lo que hago".
Pero
la monjita fue y le contó esto al Padre Bañez, y este le aconsejo a la
Madre no irse a rezar sola y en tanta oscuridad, cuando las monjas se
ponían a comentar esto que sucedió, la madre les decía sonriendo "Dejen
de hablar boberías y dediquense a trabajar"
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