"Según cuenta la tradición, antes de nacer, su madre dijo que había
vista en sueños a su hijo en figura de un lobo que se transformó luego
en cordero."
Se celebra este gran santo el día 9 de enero.
Nació de la ilustre familia florentina de los Corsini a principios del
siglo XIV y fue uno de los doce hijos de los esposos Nicolás y Gema. La
primera noticia histórica que poseemos
de él se remonta al 3 de agosto de 1338 en una carta en la que se le
nombra ocupando el decimoctavo lugar entre la lista de los cincuenta
religiosos del Convento carmelitano de Florencia.
Críticamente
sabemos muy poco de su nacimiento e infancia. Alguna historia antigua
cuenta que su madre era estéril y que le pidió a la Virgen María le
concediera algún hijo... Ésta, orando vio que daba a luz a un lobo, pero
que, mientras estaba rezando ante el altar de la Virgen en el Carmen de
Florencia, se transformaba el lobo en manso cordero...
Siguiendo esta noticia más o menos cierta parece que en su juventud no
fue modelo de virtud el joven Andrés, pero que un día la madre le
recordó el sueño que al nacer había tenido y el joven marchó al convento
de los carmelitas y llamando al P. Prior le pidió lo admitiese entre
sus novicios para ser religioso.
Sabemos que fue consejero de
su Provincia y bachiller y profesor en algunos conventos hasta que
asistió el Capítulo general celebrado en Metz en el que fue nombrado
Provincial de su Provincia. Era el 1348 cuando estaba en todo su furor
la tristemente famosa Peste Negra que tantos miles de víctimas llevó al
sepulcro. Mucho hubo de sufrir durante estos años.
El 13 de
octubre de 1349 el Papa Clemente VI lo nombró Obispo de Fiésole. En su
sepulcro se dice: "Fue arrebatado desde el Carmelo a la iglesia y a la
mitra fiesolana". Una vez que tomó posesión de su sede, continuó
llevando una vida muy austera y siempre llevó el hábito de la Orden.
Redujo el número de sus sirvientes y mandó que la comida fuera muy
frugal y la misma para todos. Él visitaba todas las parroquias y dirigía
personalmente asuntos que antes habían estado encomendados a
sirvientes.
En este tiempo eran muy necesarias las visitas
pastorales y trataba de corregir al clero de muchas relajaciones que se
habían ido introduciendo entre los clérigos. Trató de que siempre fueran
modelo para los simples cristianos por su caridad, piedad y buenas
costumbres.
Además de su ejemplo, que era lo que más arrastraba
a los demás, trató asimismo de dictar severas leyes contra los que eran
causa de escándalo para los demás. También trataba de predicar y
enseñar la Palabra de Dios. Por ello entre las alabanzas esculpidas en
su sepulcro se puede leer: "Admirable por el ejemplo de su vida y por su
elocuencia".
Otra nota característica suya fue el cuidado
personal que siempre sintió hacia los pobres y menesterosos. Él mismo se
definió "como padre y administrador de los pobres".
Era
natural que como carmelita -miembro de la Orden que se apellida
oficialmente como Hermanos de la Virgen María del Monte Carmelo- fuera
ferviente devoto de la Virgen María. A Ella dedicaba muchas horas de
oración y se dice que la misma Virgen María se le apareció el día de su
Primera Misa y después siendo Provincial le comunicó que sería en breve
elevado al episcopado de Fiésole.
Mucho trabajó para pacificar
los ánimos exaltados entre los eclesiásticos y los mercaderes de
Florencia. Tanto en esta ocasión como incluso desde otras diócesis
limítrofes acudían a él para que hiciera de árbitro y todos acataban
cuanto él decía porque veían en él a un hombre bueno y justo.
Lleno de méritos murió el 6 de enero de 1374 y muy pronto empezó a
tributársele culto. Su cuerpo se conserva en la Capilla a él dedicada en
el Carmen de Florencia. En la Basílica de San Juan de Letrán de Doma
también tiene dedicada una capilla muy bella.
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