Monday, February 4, 2013

Teresa y Juan

Agosto de 1567 es el encuentro de Teresa y Juan de la Cruz en Medina del Campo. Ella tenía 52 años, él 25. Tiene lugar en el convento de las Carmelitas Descalzas. Juan está repensando su vocación carmelitana y emprender un nuevo camino en la Cartuja.

Teresa ve realizados sus sueños, descubre en el joven Juan de Santo Matías el ideal para empezar una nueva vida entre los Carmelitas Descalzos. Juan ve en Teresa una mujer con una hondura espiritual, una capacidad de liderazgo y una claridad de ideas que le entusiasma. Desde este momento los destinos de Teresa y Juan van a caminar bastante entrelazados.

Teresa ve a Juan de la Cruz como un santo, un hombre celestial y divino, no ha hallado otro de la misma altura espiritual, es un gran tesoro, Dios le ha concedido una particular gracia en los caminos del Espíritu. Por eso lo recomendará como consejero espiritual a sus hijas y a otras personas allegadas. Juan es un buscador de Dios y un verdadero experto en los caminos de Dios.

Para el Santo Carmelita la Doctora Mística es “madre y santa”. Según los testimonios que poseemos, en la conversación ordinaria y el trato de frailes y monjas, siempre se hablaba de “nuestra santa Madre” o “la santa Madre Teresa”. Así lo haría el Santo de Fontiveros. Él estaba convencido de la santidad de la Fundadora y del influjo espiritual que había tenido en los primeros descalzos y descalzas. Por eso las palabras de “madre y santa” eran las palabras más apropiadas.

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