Nos cuenta fray Pedro de la Purificación, durante la fundación de
Burgos : "No sé sobre que cosa que tratábamos de imperfecciones en
principiantes a servir a Dios, me dijo una vez: - Sepa, padre, que me
loaban de tres cosas temporales, que eran: de discreta, de santa y de
hermosa. Las dos creíalas yo y persuadíme que las tenía, y lo que creía
era que era discreta y hermosa, que era
harta vanidad; mas de que me decían que era buena y santa, siempre
entendí que se engañaban, y así nunca tuve que confesarme de
consentimiento de tal culpa ni me vino vanagloria de esta alabanza".
Gracián, que también se lo oyó repetidas veces, lo refiere de otra
manera: "Decía que el mundo le había levantado tres testimonios sin
algún fundamento: el primero, cuando moza, en decir que era hermosa;
cuando oyendo esto se miraba en el espejo, no acababa de atinar por qué
le levantaban tan gran mentira. El segundo, de bien entendida, y cuando
veía el talento de sus hijas, se avergonzaba en hablar delante de ellas.
El tercero, que era buena; y que éste no podía llevar en paciencia
cuando conocía sus faltas".
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