En aquellos primeros años, en aquel ambiente y silencio total que se vivía en San José, quedaba fácil y agradable dedicarse a la oración y a la meditación. Al comienzo de sus fundaciones ordenó la Santa que se hiciese la cocina por semanas y cuando le tocaba a ella ponía un esmero singular y ponía en evidencia su ternura maternal con las hermanas. Teresa estaba tan emocionada con la vida en su nuevo palomarcito, que un día mientras trabajaba en la cocina, sintió un éxtasis y se elevo por el aire, llevando en su mano la sartén con el poco aceite que tenían en el convento para cocinar. La hermana cocinera, Isabel de Sto. Domingo le tenia fuertemente tomada la mano para que no se derramara el precioso aceite que tanto necesitaban, sin embargo tan santa hermana se sentía contagiada por el arrobo de la Madre y con riesgo de quedarse ambas extasiadas asidas de la sartén.
Dice Ribera que "de noche estaba pensando cómo guisaría los huevos y el pescado y cómo haría el caldo que fuese diferente de lo ordinario, para dar algún regalo a aquellas siervas de Dios, y aquella semana era la casa bien proveída". Quedó memoria en San José de Ávila que cierto día, no de su semana, preguntó la Madre a la semanera: ¿Qué tienen para cenar mis monjas? Respondió la otra: Madre, tengo rábanos y leche. Exclamó la Santa: ¡Dios sea conmigo! ¡Rábanos y leche! tráigame unos huevos, y con esa leche y pan rallado haremos un manjarcillo, y con eso cenaremos. Hasta hoy se guarda este guiso, en memoria de la Madre que no quiso matar a sus monjas con rábanos y leche.
La vida de nuestra Santa aunque llena de estos hechos tan extraordinarios, nos deja palpable lo importante que es encontrar al buen Dios en lo ordinario, la atención materna que ejerce con sus monjas es admirable es por eso que no dudo en decirles que: "Entended que, si es en la cocina, también entre los pucheros anda el Señor"
Que bien lo sabia ella...
Preciosa entrada, que me deja profundamente emocionada.
ReplyDeleteGracias
Me encanta leer esta parte de las obras de la santa. Solo me gustaría ver las citas textuales en tan bonito comentario.
ReplyDeleteEN TUS CLAVOS SEÑOR PONGO MI CRUZ
ReplyDeleteHENCHIDA DEL AMOR Y LA TEMPLANZA
EN ARAS DE QUE ALCANCE LA VIRTUD
EN UN MUNDO DEL CUAL NO HAY SEMEJANZA
AUTORA : JULIA DE CAMPOS MONSALVE