Thursday, November 8, 2012

Santa Ana


Hoy es Santa Ana, por lo que queremos hablar brevemente de esta Santa y el Carmelo: En el libro de las Fundaciones, narra la Santa Madre el caso de la monja Beatriz de la Madre de Dios, primera profesa del monasterio de San José de Sevilla: "Habiendo (...) como poco más de doce años, leyendo en un libro que trata de la vida de Santa Ana, tomó gran devoción con los santos del Monte Carmelo, que dic
e allí que su madre de Santa Ana que iba a tratar con ellos muchas veces (creo se llama Merenciana), y de aquí fue tanta la devoción que tomó con esta Orden de Nuestra Señora, que luego prometió ser monja de ella". (F 26, 6).

La Santa recoge aquí una de las tradiciones legendarias de la Orden del Carmen, que hacía a estos supuestos Emerenciana y Estelano (u Hortolano), como padres de Santa Ana. A su vez, Ana fue madre de Santa Isabel y Santa Esmeria y, claro, de la Virgen María (según la tradición carmelita, que hay otras). Era Emerenciana de la sangre real de Judá, y vivía en un palacio (cuyas ruinas tuvieron como ciertas los peregrinos desde lo menos el siglo XIV) junto al Monte Carmelo, por lo que tenía contacto frecuente con los carmelitas, con ellos se dirigía y oraba en su capilla, dedicada a la futura Madre de Dios. Había hecho Emerenciana voto de virginidad con los religiosos carmelitas, lo mismo que sus padres, que se habían separado para vivir en continencia. Estando Emerenciana y dos religiosos en la ladera del Monte, apareció un ángel que les reveló en una visión a un Niño que había de llegar pronto, fruto de la descendencia de la joven.

Aceptaron el designio de Dios, los santos padres y buscaron un novio de noble ascendencia y buena reputación. Se casó Emerenciana, de suponer que con la bendición de los carmelitas, pero esa misma noche, pretendiendo gozar de ella su esposo, por puro placer carnal, se lo llevó el demonio Asmodeo… Y así, seis veces, hasta que la séptima, se casó con el santo joven Hortolano, que solo se unió con ella una vez, para concebir a esa descendencia de la que vendría el Mesías. Y nació Santa Ana, la cual, jovencita, tuvo una visión de una hermosa planta de la cual brotaba una hermosa flor, que daba paso a un hermoso fruto (Ana-planta, María-flor, Jesús-fruto). Finalmente, la leyenda dice que Emerenciana, agradecida a los carmelitas, les donó su casa de Jerusalén, junto a la Puerta Dorada, en la que hicieron convento, el segundo de la Orden y donde estuvieron hasta el siglo XIII, en que fueron expulsados de Tierra Santa.

Ramon Rabre

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